Octubre
¡Hola de nuevo! Con la llegada de octubre, el aire cambia y trae consigo no solo una nueva temporada, sino un tiempo de transición lleno de significado.
Como este tranquilo paseo de colores por mi Madrid más dorado.
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El otoño se siente como un momento de recogida, no solo en lo tangible, sino en lo profundo de la vida. Después de un verano lleno de movimiento y calor, octubre nos invita a reflexionar, a detenernos y, sobre todo, a recoger lo que hemos sembrado. En decoración y en la vida, este tiempo está marcado por una sensación de recompensa: los frutos de nuestros esfuerzos, las lecciones de nuestros errores, y la belleza de las hojas que caen, simbolizando un ciclo que comienza de nuevo.
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En el arte, como en la naturaleza, los colores del otoño nos envuelven con una paleta de tonos cálidos y terrenales: los ocres profundos, los rojizos apasionados, los dorados que capturan la luz. Estos tonos no solo visten nuestras paredes y textiles en casa, sino que también conectan con el alma, invitándonos a hacer una pausa, a respirar, a recoger lo que hemos cultivado, y a preparar el terreno para el renacimiento.
Recoger no siempre significa mirar atrás; también es un acto de esperanza, una
preparación para lo que vendrá. Al igual que en el arte, donde los colores otoñales expresan una transición, una especie de renacer, en la vida diaria este momento nos ofrece la oportunidad de reconectar con nosotros mismos. El orden que traemos a nuestros espacios después del verano no es solo físico: es una organización interna, una manera de decirnos que estamos listos para lo que
viene.
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El otoño es, en muchos sentidos, una estación de la vida. Es esa etapa en la que recogemos los frutos de nuestra experiencia, donde entendemos que las hojas que caen dejan espacio para nuevas formas de belleza. Es un tiempo de recompensa, donde lo que parecía desmoronarse ante nuestros ojos, en realidad está creando el espacio para lo nuevo.
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Cuando traemos el otoño a nuestros hogares, no es solo cuestión de añadir mantas o cambiar cojines. Es traer el alma de esta estación a nuestros espacios. Las texturas más gruesas, los tonos cálidos, y las piezas de decoración seleccionadas con amor y cuidado simbolizan el confort y la estabilidad que buscamos en esta época del año. Cada objeto es una oportunidad de transmitir esa paz y esa recompensa del trabajo bien hecho.
A veces, en los pequeños detalles, encontramos la verdadera magia: una vela con el aroma de la canela que recuerda el calor de un hogar, una silla junto a la ventana donde la luz suave de la tarde nos invita a leer o a meditar sobre lo vivido. Estos son los momentos que definen el otoño, momentos que, cuando recogemos con intención, nos llenan de esperanza para lo que vendrá.
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Y nada más
Espero que os haya inspirado
como siempre
Con Cariño
XXLuisaXX
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